jueves, 12 de febrero de 2009

EL CABALLO PURA RAZA ESPAÑOLA


El caballo Andaluz (actualmente llamado Pura Raza Española -PRE-) proveniente de la región de Andalucia, en el sur de España siempre ha sido una de las razas de caballos más apreciadas y reclamadas en Europa. Sus orígenes no se conocen con certeza, ya que si para algunos es una raza nativa y pura, para otros es el resultado del cruce de caballos nativos (probablemente descendientes del Przewalski traido por los iberos cruzado con el Tarpan traido por los celtas) con los árabes y sobre todo berberiscos traidos por los moros en la conquista musulmana de la península ibérica en el siglo VIII de nuestra era.
En cualquier caso, los caballos en la península ya fueron alabados por los pueblos que pasaron por la ella: fenicios, cartagineses, griegos y romanos en la antigüedad y posteriormente por los árabes, escribiendo autores célebres como Aristóteles que lo llamó "hijo del céfiro", Varrón "hijo del viento", Estrabón, Itálico, etc...
Estos nobles y hermosos animales que deslumbraron a tantos personajes de la antigüedad poblaban toda la bética, más concretamente las zonas entre los ríos Guadalquivir y Guadalete y eran de pelajes oscuros pero nunca alazanes, siendo el bayo quizás junto con la capa torda, la tonalidad más carasteristica de los antiguos caballos autóctonos de estas zonas bañadas por las marismas. Con la invasión musulmana, llegan a España los caballos berberiscos y árabes, y "quizás" la falsa ascendencia o influencia oriental del caballo andaluz, ya que con los invasores fue poca la intromisión de caballos procedentes del norte de áfrica, y aún menos de oriente medio.
Así pues los musulmanes permanecen en la península hasta el año 1492, y es a partir de ahí cuando comienza la historia de lo que conocemos como caballo Español o Andaluz (incluyendo sus variantes), ya que si en la mitad norte de la peninsula los caballos son más robustos, acarnerados, de capas oscuras frecuentemente calzados y caretos (influencia de razas extranjeras, principalmente de origen teutón) en la zona sur, y especialmente en lo que son hoy las provincias españolas de Cadiz, Sevilla, Córdoba y Granada, aquí sí que la raza nativa (como nos relataban los historiadores antiguos) permanece casi intacta, con mayor o menor cruce con los ejemplares berberiscos -que no árabes- traídos por las huestes musulmanas. Es entonces cuando aparecen en escena los monjes de la cartuja de Jerez, que ya por esos años finales del siglo XV se hacen con una exquisita y ejemplar cuadra de yeguas y afamados sementales. El siglo XVI es el siglo de oro del Imperio Español, y también lo será del caballo Andaluz, que pasará a las Américas junto con los conquistadores para poblar el nuevo mundo y fundar nuevas razas, tales como el criollo argentino, el mustang norteamericano, el paso fino, paso peruano, etc...

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